Hay días en que me gusta experimentar, en esos días uso cosas que no son comunes para mí, en el caso que les contaré ahora use lo siguiente: salsa de ostión y canela china por ejemplo, además tenía aceite de ajonjolí y kion. La pechuga de pollo la corte en cuatro, salpimenté el pollo, en un bowl donde estaba el pollo agregue la salsa de ostión, la canela china, el aceite de ajonjolí y jugo de kion, lo deje un par de horas. Prepare una olla con agua y la deje hervir, cuando hirvió el agua puse el bowl con el pollo dentro y unas cuantas papas, luego baje la temperatura y espere a que se cocine, una vez listo lo serví con arroz. La verdad terminó con un muy agradable sabor. Además estaba tierno y jugoso. ¿Qué más podía pedir? Ya sé que podía estar faltando, una buena compañía. Ciertamente eso era algo que estaba faltando.
Tiempo después quede de encontrarme con una amiga, amiga a la que además hacía mucho no veía y lo más importante, conocería a su retoño. Así que pensé en invitarles algo, y no sabía que podría gustarles, pero quería que fuera algo que le agradara, así que me anime a preparar algo que ya había hecho antes y que sabía que podía quedar bien. Así que use el pollo al vapor, pero esta vez con la carne picada en cubos y cambie la olla con agua hirviendo por un horno caliente. Eso facilitaría el servirlo como bocadito antes que como plato de fondo. Y para acompañar había unas aceitunitas verdes y una mayonesa de maracuyá. Así me supo mucho mejor, pero sobre todo por el ingrediente faltante antes, la compañía. Y como no recibí quejas sino que al contrario, la pequeña Ximenita comió con muchas ganas el pollo, me sentí satisfecho y contento de haber podido compartir esta preparación con mi amiga Patty y la pequeña Ximenita.
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