martes, 26 de julio de 2011

Papa a la Huancaína a la chiclayana

Yo creía que por ser el huancaíno del grupo de amigos que invite a mi casa hace ya un par de años para almorzar todos juntos, no aprendería nada nuevo de la papa a la huancaína, pero resulta que si aprendí algo. Resulta que ese día nos reunimos los internos de psicología del Departamento del Adulto y Geronte de del Hospital Hermilio Valdizán de 2005-2006. Nos fuimos al mercado compramos varias cosas y al llegar a la casa preparamos unos tallarines rojos con pollo y papa a la huancaína. Aunque la verdad peco al decir que hicimos, las que hicieron las cosas fueron en realidad Margarita y María, las dos chiclayanas, digamos que eran las proactivas del grupo, los otros tres tratábamos de ayudar. En fin, cuando llegó la hora de presentar la papa a la huancaína y Margarita vio que solo pelamos y cortamos la papa sancochada en rodajas, nos dijo que así no se hace. Que de hacerlo así la suegra entiende que la nuera es una ociosa, entonces Margarita y María se dieron a la tarea de estrujar las papas sazonarlas con ajinomoto (glutamato monosódico), pimienta y sal, luego formaron una bola con la masa de papa, la pusieron en el plato y recién entonces le echaron la salsa a la huancaína. Fue algo nuevo para mí, pero lo mejor fue poder compartir un momento así con mis amigos del Valdizán.
Acá les dejó una reproducción personal que hice de la papa de las chiclayanas.

2 comentarios:

Di-Va Doig dijo...

La papa a la huancaína en Chiclayo tiene sin duda un estilo y una personalidad muy particular, hasta la salsa lleva un sabor más delicado. Toda mi vida -bueno hasta los 18 que salí de mi ciudad-, pensé que esa era la receta original, estaba en un error pero realmente es la que más me gusta. qué viva Chiclayo!! :)

Siuldivad dijo...

bueno, yo me entere de esa variacion por una amiga chiclayana, jeje, pero me alegro que mi post al menos haya hecho vibrar esa fibra chiclayana de tu ser, jeje. gracias por comentar