viernes, 5 de abril de 2013

¡¡¡¡Budín!!!!

Después de mucho tiempo me animo a volver a escribir, y en esta ocasión escribiré acerca de uno de mis postres favoritos, uno de aquellos que hacia mi abuelita, de esos que uno terminaba todo cubierto de miel y dando pegajosos besos a quien se cruzara en el camino.
El budín es un postre que resulta ser sencillo y económico, pero hasta ayer, era un perfecto misterio su preparación para mi.Como siempre digo yo, la repostería no es lo mío, pero no hay que temerle tampoco, de alguna manera se puede empezar. Y desde mi modesto punto de vista, el budín puede ser la manera perfecta para empezar en la repostería para un neófito como yo en el tema.  

Buscando en la red uno encuentra muchas cosas y muchas variantes entre todas esas opciones, encontré el siguiente blog:
Verónica, la persona que escribe en este blog, me parece que es alguien que hace que sea muy sencillo seguir las instrucciones, es muy clara y paciente, responde a todas las dudas que uno pueda tener, realmente me pareció una gran página.


Bueno volviendo a lo mío, tomando esa receta como base y una recomendación de una amiga, decidí preparar mi budín, las cantidades que ella mencionaba no se parecían en nada a las cantidades con las que yo contaba, así que tuve que tantear un poco, cosa que puede ser muy arriesgada, lo sé, pero a veces hay que hacerlo. En fin, yo tome los 4 panes franceses secos que tenía, dos huevos, algo de leche, una copita de pisco(la recomendación original era ron) algo de esencia de vainilla, azúcar(que con esto me quede corto) y pasas, remoje el pan y seguí todas las demás instrucciones del otro blog, con medidas reducidas sin cálculo real, pre-calenté el horno y metí mi mezcla allí luego del tiempo recomendado, salió mi budín de pan, al que le falto un poco de dulce, pero la verdad, se deja comer muy bien, y creo que para ser la primera vez que hago uno, no salió tan mal.

martes, 16 de agosto de 2011

Llego el invierno y las sopas y cremas también

Acá en Lima estamos en temporada fría, las lloviznas, la humedad y el frio cielo gris son las características del invierno en Lima. ¿Cómo combatimos contra el frio de esta época del año?

Pese a que tengo que admitir que las sopas y cremas no suelen ser mi primera opción, tengo que reconocer también que una buena sopa en estos días calienta y revitaliza. Hace unos días mi mamá me trajo un bracito de lechón serrano. La carne estaba tierna, y muy sabrosa, me lo comí prácticamente en un día, pero me sobro el hueso y un poco de cuero. Y ¿Para qué botarlo, por qué no usarlo? Entonces, ¿cómo usarlo?, hay que sacarle el jugo a eso, y ¿cómo sacamos el “jugo” de eso?, mmmmm… puede ser….

Un caldo de huesito, hay que hervir el hueso y el cuero. Luego le agregue un poco de apio picado y unos frejoles negros y canarios remojados por un par de horas, y a cocinar a fuego lento. Quite el hueso, separé el cuero de cerdo, y luego licué los frejoles y el apio con un poco del caldo. Quedo una muy sabrosa crema de color oscuro, a la que luego le devolví el cuero picado. Me abrigo, no lo duden.

martes, 9 de agosto de 2011

Ajiaco de papas peruano


Hace tiempo, el mismo día de mi cumpleaños, mi mamá me visitó y me invitó a almorzar, fuimos a comer a un restaurant colombiano, de cuya gastronomía, debo reconocer, no conozco mucho. Pero en la carta había un plato que me sonaba familiar, un ajiaco; en mi mente yo tenía la imagen de nuestro ajiaco de papas. Pensaba que el plato que me servirían sería en algo similar a lo que comemos acá, pero no, no fue así. Lo que me sirvieron fue una sopa con verduras y papa que además tenía unas alcaparras de compañía. El plato estuvo agradable (sobre todo porque en la época de mi cumpleaños es invierno acá en Lima).

A pesar que es un plato agradable, yo ya había quedado pensando en el ajiaco de papas con quesito huevo y leche. Me quede pensando en ello por unos días. Nunca había preparado este plato tan nuestro, tan de nuestra sierra. Hace unas semanas, me acordé de ese día, y traté de preparar mi propio ajiaco, traje a la memoria lo que veía que hacían en casa. Pique unas papas, un poco de queso fresco, hice un sofrito con ají panca y cebolla, le puse las papas un poco de agua, y a esperar a que se cocine. Cuando estaba casi listo le aumente un poco de leche y el queso, para terminar le puse un huevo y a mover. Hay quienes le ponen también habas, ya eso es cuestión de gustos, a mi me gusta así. Y así fue como me di el gusto y me quite la espinita.

martes, 2 de agosto de 2011

Milanesa al jugo

¿Quién no ha comido una milanesa? Yo he comido muchas, pero uno se puede llegar a cansar de comerla siempre igual, en casa yo recuerdo que preparaban hamburguesas al jugo; nuevamente, yo no tenía la menor idea de cómo prepararla. Asi que tocaba experimentar. Traía algunas cosas al presente desde lo más recóndito de mi frágil memoria. Entre otras cosas sabía que esa hamburguesa al jugo llevaba papas fritas en bastones, tenía una salsa roja o anaranjada y como siempre en mi casa, iba acompañada de arroz blanco.

Partiendo con eso, pique unas papas en rodajas, las freí y reservé. Por otro lado, en una cacerola preparé un sofrito con cebolla, zanahoria rallada, sal, aceite y tomate en pasta. Le agregué un poco de agua (aunque hubiera sido mucho mejor un caldito) y finalmente una milanesa (de esas que te venden listas en los supermercados).

Cuando ya todo estaba listo, hice una cama con las papas fritas, sobre ellas puse la milanesa con un poquito de esa salsita que quedó y terminé acompañándolo como siempre con mi arrocito blanco.

martes, 26 de julio de 2011

Papa a la Huancaína a la chiclayana

Yo creía que por ser el huancaíno del grupo de amigos que invite a mi casa hace ya un par de años para almorzar todos juntos, no aprendería nada nuevo de la papa a la huancaína, pero resulta que si aprendí algo. Resulta que ese día nos reunimos los internos de psicología del Departamento del Adulto y Geronte de del Hospital Hermilio Valdizán de 2005-2006. Nos fuimos al mercado compramos varias cosas y al llegar a la casa preparamos unos tallarines rojos con pollo y papa a la huancaína. Aunque la verdad peco al decir que hicimos, las que hicieron las cosas fueron en realidad Margarita y María, las dos chiclayanas, digamos que eran las proactivas del grupo, los otros tres tratábamos de ayudar. En fin, cuando llegó la hora de presentar la papa a la huancaína y Margarita vio que solo pelamos y cortamos la papa sancochada en rodajas, nos dijo que así no se hace. Que de hacerlo así la suegra entiende que la nuera es una ociosa, entonces Margarita y María se dieron a la tarea de estrujar las papas sazonarlas con ajinomoto (glutamato monosódico), pimienta y sal, luego formaron una bola con la masa de papa, la pusieron en el plato y recién entonces le echaron la salsa a la huancaína. Fue algo nuevo para mí, pero lo mejor fue poder compartir un momento así con mis amigos del Valdizán.
Acá les dejó una reproducción personal que hice de la papa de las chiclayanas.

miércoles, 20 de julio de 2011

Pollo al Sillao

En mi familia, el pollo al sillao es un plato “especial” aunque es sencillo y económico. Para 4 personas bastan 4 piernitas de pollo, el jugo de 2 o 3 naranjas, un poco de sillao, sal al gusto, unas 3 papas medianas y opcionalmente unos tallitos de esparrago.

Este es un plato que comemos en ciertas fechas como cumpleaños o fiestas, la verdad, es muy sabroso. Y para que puedas probarlo, tienes que poner las piernas de pollo y las papas en un pírex o un envase resistente al calor. Por otro lado en un bowl mezclas el jugo de las naranjas y el sillao o salsa de soja. La mezcla del jugo y el sillao se vierten sobre las piernas y las papas, la idea es que el líquido quede más o menos a la mitad de las piernas o un poquito por encima de ese nivel. Luego se mete al horno precalentado a 180°C por unos 30 o 40 minutos, revisando periódicamente que no se seque el pollo y dándole vuelta al pollo y a las papas. En casa siempre lo hemos servido con arroz blanco. Si se animan a hacerlo, cuéntenme como les salió.

sábado, 2 de julio de 2011

Saltadito en olla

Digamos que estoy pasando por una etapa regresionista, y por tanto llena de recuerdos de lo que comía hecho con las manos de mi mamá, uno de esos platos, es el saltadito en olla. Jamás lo había preparado antes, pero si había visto a mi mamá prepararlo muchas veces.

El platillo en cuestión tenia a la vista algunos elementos evidentes, como las papas cortadas en dados y luego fritas y la carne picada en dados también; pero a eso hay que darle un gustito, ¿No es verdad?, pues el gustito se lo daba un sofrito hecho a base de ají panca y pasta de tomate. Si me preguntan por cantidades, diría que 300 gramos de papa, 150 gramos de carne, media cebolla mediana picada juliana, 2 cucharadas de Pasta de tomate, 2 cucharadas de ají panca molido, sal al gusto y aceite necesario.

En una olla con aceite echamos la pasta de tomate y el ají molido, se agrega la carne y se deja cocinar por un par de minutos, luego echamos la cebolla y que sude un poco. Previamente tenemos la papa picada en cubos y ya frita. Esa papa la mezclamos con la carne, cebolla y aderezo. En casa siempre acompañamos este plato con arroz blanco. Se ve bien, huele bien y sabe mejor.