martes, 28 de junio de 2011

Que no es un tonto, es una torreja… y eso ¿qué es?

Para mí, las torrejas siempre han sido una comida de sábado, porque el sábado estaba mi mamá en casa, y entonces era ella quien preparaba el almuerzo, almuerzo que era por mucho, mejor que el del resto de la semana. En ocasiones era con las torrejas, otras veces era el saltadito en olla o el tallarín (espaguetis) a lo Alfredo, y a veces el muy simple pero sabrosísimo arroz con huevo frito. Volviendo a las torrejas, traté de buscar algo de información acerca de ellas, pero para mi sorpresa, resultaron ser unos dulces hechos con pan viejo especialmente preparados para parturientas y para época de cuaresma, muy popular en la península ibérica y algunas otras partes como Argentina y México. Sin embargo nada de eso se parece a las torrejas que hace mi mamá, las torrejas que yo conozco son muy sencillas y muy versátiles, lo mismo te la preparas de atún que de plátano o arroz.

Consiste en lo siguiente, batir un par de huevos, no es necesario que estén demasiado batidos, una ligera espuma casi, luego se le agrega harina y sal que quede una masa algo suelta, no mucho tampoco. Y para terminar se agrega el atún en lata totalmente desecho y unos dados pequeños de tomate. Se termina de mezclar bien hasta que quede una pasta no muy espesa. Se calienta aceite en una sartén y con una cuchara se echa unos pocos de la mezcla, pero separados para que no se peguen, se les da la vuelta, esperas a que terminen de dorar, y ya tienes un plato delicioso y sencillo.

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